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La Municipalidad abrió el ciclo de formación sobre cuidados

Hoy se realiza el segundo encuentro del curso que tiene como eje los cuidados comunitarios.

Hoy, miércoles 29 de septiembre, se realizará la segunda instancia del curso de formación introductoria e integral de cuidados, que busca brindar herramientas técnico-conceptuales para la práctica cotidiana de trabajadores y/o referentes institucionales que realicen tareas de cuidados remunerados y no remuneradas en ámbitos domésticos, comunitarios y organizacionales; y también para trabajadores y trabajadoras municipales.

La capacitación se inició el pasado miércoles con una nutrida participación de alrededor de 400 personas. Como parte de la capacitación, habrá cinco encuentros más: el del día de la fecha, y los del 6, 13 y 20 de octubre y el 3 de noviembre. La modalidad es virtual y se dictan siempre a las 14 horas. Los ejes temáticos son: infancias y adolescencias; alimentación y comensalidad; salud integral; personas mayores; y jóvenes y cuidados.

El panel de apertura se denominó “Cuidados, ciudades y políticas públicas. El rol del gobierno local y las organizaciones sociales en el territorio”, y estuvo a cargo de las especialistas Carla Zibecchi y Marisa Fournier, al tiempo que contó con la moderación de la secretaria de Políticas de Cuidado y Acción Social, María Victoria Rey, y de la concejala Laura Mondino.

La funcionaria municipal destacó que “estas instancias formativas nos dan herramientas para cuidar a quienes cuidan”. Asimismo, indicó que “el intendente Emilio Jatón nos pide permanentemente que estemos trabajando en el territorio. Cuando uno habla de políticas de cuidados, lo que pusimos nosotros sobre la mesa como gestión municipal, fue poner la vida cotidiana de las personas en el centro de las políticas sociales y públicas”.

Además, destacó que las organizaciones de la comunidad “vienen acompañando a las familias en temas tan centrales como el cuidado de los hijos y las hijas, además de la alimentación” por lo que “los cuidados se han hecho más visibles, en tanto esenciales”. Finalmente, consideró que “lo que nosotros estamos proponiendo desde la Municipalidad es empezar a poner en debate estos temas”.

Si bien la capacitación tiene modalidad virtual a través de la plataforma digital Google Meet, también en algunos dispositivos territoriales municipales se garantiza espacio para que referentes territoriales y organizacionales puedan participar de la formación. Para eso abrirán sus puertas las estaciones de El Abasto, San Lorenzo, Barranquitas, Coronel Dorrego y Loyola Sur.

Desde una perspectiva transversal

Carla Zibecchi es licenciada y profesora en sociología, magíster en políticas sociales y doctora en Ciencias Sociales (UBA). Es investigadora adjunta del Conicet con sede en (CEIPSU/UNTREF), integrante del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). Se especializa en temas de sociología de las políticas sociales, sociología del cuidado y estudios de género.

En su ponencia, dio cuenta de la división sexual de trabajo como organizadora de las sociedades, que genera oportunidades distintas y desiguales entre varones y mujeres en cuanto a las tareas, lo que es difícil de modificar. En ese sentido, planteó a las tareas de cuidado como un trabajo esencial, como una actividad económica que genera valor, y donde la comunidad es uno de los proveedores junto con el Estado, el mercado y las familias.

“Las organizaciones sociales ocupan un rol importante en este contexto porque son un pilar para la organización de las familias en materia de cuidado. Por eso es importante visibilizarlas, reconocerlas y promover instancias de formación”, destacó Zibecchi, para luego plantear el rol del Estado y las políticas públicas para transformar la realidad: “El Estado, en todos sus niveles, es un actor central porque tiene capacidad para distribuir responsabilidades de cuidados entre otros actores, es capaz de generar pactos para la organización social del cuidado, una nueva forma de organización distinta que involucre a todos los actores como comunidad, familias, Estado y mercado”. Finalmente, señaló la relevancia de aplicar las políticas de cuidado de modo transversal a todas las políticas públicas.

Pilar de bienestar

Marisa Fournier es socióloga (UBA), investigadora-docente del Instituto del Conurbano y Directora de la Diplomatura en “Géneros, Políticas y Participación” de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Se especializa en temas de política social, economía social y cuidados, géneros y cuidados, organizaciones sociales y cuidados. En el comienzo de su ponencia, aseguró que “abordar los cuidados es meternos en el cuarto pilar de bienestar, como lo son también las políticas educativas, sanitarias y las asociadas a los riesgos laborales, lo que genera igualdad entre las mujeres trabajadoras y pobres”.

Destacó la importancia del Estado de proximidad que fortalezca el sostenimiento de los vínculos afectivos. Focalizada en el trabajo de cuidado desde la matriz sociocomunitaria que tiene su origen en la asociación de personas de un mismo territorio y forma parte de la organización social del cuidado junto con el Estado, las familias y el mercado, Fournier expresó que “difícilmente se sostenga en el tiempo sin el soporte estatal”, al tiempo que definió que “no hay un reconocimiento, en términos de remuneración, de las trabajadoras. Hay una carga moral en torno a los cuidados que vino explicando la no remuneración de este trabajo que realizan predominantemente las mujeres pobres, dentro y fuera de sus casas”.

La investigadora indicó que por sus características territoriales, en las organizaciones comunitarias se presentan de manera integrada e integral la falta de derechos como violencia de género, salud mental y consumos problemáticos. “Este es un valor adicional que tienen las organizaciones comunitarias de trabajo, que abordan las problemáticas de modo integral, y que las diferencia de otras instituciones de cuidados. Asumimos que las organizaciones comunitarias son complementarias de todo el sistema formal de atención de los cuidados, no son sustitutivas sino complementarias, lo que no las hace menos importantes”.

En ese contexto, Fournier resaltó que “no se ha logrado que las políticas dirigidas a la atención de los cuidados comunitarios tengan un renglón del salario de la trabajadora y derechos asociados a los riesgos del trabajo. Las organizaciones comunitarias absorben con carga de trabajo estos derechos que, todavía públicamente, no son reconocidos, porque estamos en el camino del reconocimiento”. En ese sentido, plantea la necesidad de cuidar a quienes cuidan para disminuir la desigualdad social, de “poner en el centro la producción de bienestar, descargando la responsabilidad a las mujeres” y concluyó que “el trabajo comunitario tiene impacto en la desfamiliarización y en la desmercantilización, que tienen efectos igualadores para la sociedad en su conjunto”.

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