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Dos docentes proponen cambios para estimular el estudio

Buscan potenciar las ganas de aprender en los alumnos secundarios. El trabajo ya se expuso en un congreso de la Universidad de Palermo.

 

Dos docentes casildenses elaboraron un innovador proyecto que busca potenciar en los alumnos las ganas de estudiar y aprender, situándolo como artífice central en la generación de conocimientos y valiéndose de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) para enriquecer los contenidos curriculares.

El trabajo, desarrollado por las profesoras de biología, Alejandra Buso, y de informática, Sabina Bozikovich, ya fue expuesto en el marco de un congreso que fue organizado por la Universidad de Palermo, donde asimismo resultó seleccionado para formar parte de un compendio de materiales bibliográficos que va a publicar esa casa de altos estudios.

Pero además de haberse convertido en un valioso aporte académico con la vista puesta en despertar mayor interés por la escuela secundaria ahora las autoras de la iniciativa aspiran a poder llevar a la práctica su teoría a modo de prueba piloto en algunas escuelas santafesinas de nivel medio.

Claro que para eso necesitan el visto bueno del Ministerio de Educación provincial a cuya titular, Claudia Balagué, ya enviaron una nota con el objetivo de interesarla al respecto y con la expectativa de obtener una respuesta positiva a su propuesta.

«Sería una enorme satisfacción contar con un respaldo institucional para llevar adelante esta experiencia que creemos será de utilidad para el sistema educativo», manifestaron las docentes

Y en esa línea recordaron que su ensayo surgió «ante la inquietud de generar herramientas que ayuden a revertir el desinterés y la apatía que suelen demostrar muchos estudiantes ante metodologías de enseñanza que ya no los contienen y necesitan ser adaptadas o repensadas en base a sus propios intereses para obtener mejores resultados en materia de aprendizaje».

Cambio de paradigmas

Desde ese lugar es que desarrollaron una propuesta que supone un cambio de paradigma a partir de la instrumentación de prácticas educativas que conviertan al contexto escolar en un ámbito no solamente propicio, sino estimulante y atractivo para el desarrollo del conocimiento.

En ese sentido apuntan a un trabajo interdisciplinario que vincule «los saberes de las distintas disciplinas que conforman la estructura curricular de la escuela desde una temática específica como eje transversal».

Las impulsoras del proyecto denominado «Una mirada holística para aplicar las TIC en el aula» consideran fundamental el «compromiso docente» para lograr el objetivo de hacer más placentero el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Y para ello plantean la importancia de «involucrar» a los alumnos abriendo el juego para que cada uno «proponga su temática de trabajo a fin de relacionarla con las diferentes materias, lo que implicará privilegiar la creatividad y su pensamiento divergente para que sean protagonistas centrales en ese proceso de formación al que podrán incorporar tecnologías comunicacionales que forman parte de su vida cotidiana y no son lo suficientemente aprovechadas en el aula».

Asimismo explicaron que «en este nuevo escenario educativo la evaluación escrita y la lección oral ya no serán los instrumentos tradicionales para medir el aprendizaje del alumno, sino que predominará la mirada de un proceso de crecimiento individual del cual será artífice y, por consiguiente, también propenderá a fomentar el trabajo colaborativo al compartir la experiencia con sus pares».

Creatividad

Buso y Bozikovich hicieron especial hincapié en que la «creatividad» es «uno de los beneficios que produce el trabajo interdisciplinario» y, en tal sentido, especificaron, entre otras opciones, la posibilidades de echar mano a «materiales audiovisuales de investigación para aprender a buscar y seleccionar información adecuada o realizar proyectos a partir de preguntas disparadoras que sirvan como guía a la temática abordada».

Indicaron que «con esta metodología de trabajo el docente» tiene margen «para generar espacios no tradicionales en el aula» apelando a «reflexionar» sobre diferentes temas que surjan de experiencias que «se pueda recolectar desde nuestro rol de educadores, lo que servirá para estimular e innovar en la escuela».

Asimismo destacaron las docentes que tal práctica pedagógica no solamente favorece los «procesos de reflexión y autonomía» sino que también facilita la resolución de problemas «de una forma original y única».

«Esta modalidad de trabajo tiene una metodología que implica desconocer lo conocido y hacer conocido lo desconocido», explicaron para luego definir la interdisciplina como «un proceso de estímulo cognitivo para que los alumnos adquieran mayor capacidad de imaginación, creatividad y resolución de problemas ante la sociedad».

Es allí donde plantean la «inclusión de los recursos que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación para trabajar en el aula».

Repensar el modo de enseñar

Y aclaran las profesoras que además es indispensable «repensar el modo de enseñar» a partir de «nuevos modelos y estrategias» que ayuden a «diseñar, comunicar y operar frente a los alumnos» a partir del «valor agregado» que implica poner la información al servicio del conocimiento.

El trabajo apuesta, entre otras consideraciones, a rescata la importancia de volcar al ámbito educativo «los recursos tecnológicos que tiene el alumno al alcance de su mano y que pueden ser utilizados en distintas áreas de trabajo».

En esa línea destacan «los espacios colaborativos que nos ofrece la web, las wikis, los blogs, los calendarios, las redes sociales, las aplicaciones para compartir fotografías y videos, al ser herramientas que permiten potenciar el trabajo colaborativo entre alumnos y ciudadanos».

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